El aprendizaje experiencial hace referencia a la evolución y desarrollo que tiene una persona tras vivir una serie de experiencias en su entorno. Normalmente el sujeto adquiere una serie de conocimientos propios y habilidades durante ese proceso de aprendizaje.
De este modo, el aprendizaje experiencial cuenta con cuatro fases a completar para poder obtener unos resultados óptimos:
- Experiencia concreta: en esta primera fase el individuo participa en una actividad.
- Observación reflexiva: en esta segunda fase, el participante analiza los conocimientos obtenidos durante la primera fase con ayuda de un instructor o el resto de alumnos.
- Conceptualización abstracta: corresponde a la reflexión que tiene que hacer la persona sobre los conocimientos y la información, para después organizarlos.
- Experimentación activa: en esta última fase el usuario tiene que poner en práctica las ideas obtenidas, lo que provocaría una nueva fase de aprendizaje de la experiencia.