Learn the way to play

El libro ¿Te atreves a jugar?

Con ¿Te atreves a jugar? descubrirás cómo las Metodologías de Positividad Lanzada logran ser un motor de cambio en el ámbito empresarial.

Un libro que te enseñará, a través de los conocimientos sobre la ingeniería de emociones, la gestoría de positividad y la arquitectura de logros, a ser capaz de crear tus propias metodologías MPL® y que,  durante tu formación como MPL® Serious Play, te capacitará para enfocarte en el logro de metas y la creación de valor mediante el juego.

Una guía con la que transformar tu entorno a través del juego.
Porque si quieres cambiar, hazlo jugando.

PRÓLOGO ANNE IGARTIBURU

Tenemos ante nosotros una fantástica propuesta para cambiar el mundo jugando. Una metodología que vuelve a lo esencial para perderse en el laberinto de las complicaciones humanas y darle una solución concreta en equipo, desde una apertura a lo lúdico. El espíritu de L.Carroll se apodera cada vez que Alicia se deja sorprender mientras el gato le pregunta a donde quiere ir exactamente. ¿Has pensado alguna vez que no encuentras el momento ni la manera de marcar objetivos y cambiar cosas en tu entorno, en tí como persona o con tus compañeros ? Nunca hay mejor momento que el ahora. 

No solo decidir sino ponernos en acción, algo fundamental y que no siembre se lleva a cabo. Muchas veces por temor a equivocarse, a arriesgar y como no, a jugar. Y tiene mucho que ver con lo que hemos vivido desde que nacimos hasta hoy . Desde pequeños jugamos a ser mayores y al madurar dejamos de jugar para adaptarnos a las exigencias del mundo adulto. Sin darnos cuenta hemos llegado hasta aquí, hemos dado de lado la posibilidad de mantener a la mente entretenida mientras el iconsciente toma el mando. No es tarea fácil a esta alturas pero gracias al juego, damos rienda suelta al divertimento del alma y el garabateo del corazón. Porque en algún instante de nuestra vida hemos dejado de cantar sin miedo, bailar sin vergüenza y de columpiarnos en el parque favorito del entorno social. Hubo un tiempo en que lo hicimos, unos en mayor medida que otros. Bien, pues ahora llega la invitación más atractiva para aplicar el juego en toda su extensión en las facetas más cotidianas, para lograr resultados efectivos de una manera fácil y natural. Jugar, dejar que el inconsciente lidere y comprobar lo que se aprende jugando. Y todo ello lo haremos con la seriedad con la que se entregan los niños al juego, como decía un sabio. Porque jugar es transgredir, atreverse, probar e intentar una y otra vez, sabiendo que la vida es eso, un juego.

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Tenemos ante nosotros una fantástica propuesta para cambiar el mundo jugando. Una metodología que vuelve a lo esencial para perderse en el laberinto de las complicaciones humanas y darle una solución concreta en equipo, desde una apertura a lo lúdico. El espíritu de L.Carroll se apodera cada vez que Alicia se deja sorprender mientras el gato le pregunta a donde quiere ir exactamente. ¿Has pensado alguna vez que no encuentras el momento ni la manera de marcar objetivos y cambiar cosas en tu entorno, en tí como persona o con tus compañeros ? Nunca hay mejor momento que el ahora. 

No solo decidir sino ponernos en acción, algo fundamental y que no siembre se lleva a cabo. Muchas veces por temor a equivocarse, a arriesgar y como no, a jugar. Y tiene mucho que ver con lo que hemos vivido desde que nacimos hasta hoy . Desde pequeños jugamos a ser mayores y al madurar dejamos de jugar para adaptarnos a las exigencias del mundo adulto. Sin darnos cuenta hemos llegado hasta aquí, hemos dado de lado la posibilidad de mantener a la mente entretenida mientras el iconsciente toma el mando. No es tarea fácil a esta alturas pero gracias al juego, damos rienda suelta al divertimento del alma y el garabateo del corazón. Porque en algún instante de nuestra vida hemos dejado de cantar sin miedo, bailar sin vergüenza y de columpiarnos en el parque favorito del entorno social. Hubo un tiempo en que lo hicimos, unos en mayor medida que otros. Bien, pues ahora llega la invitación más atractiva para aplicar el juego en toda su extensión en las facetas más cotidianas, para lograr resultados efectivos de una manera fácil y natural. Jugar, dejar que el inconsciente lidere y comprobar lo que se aprende jugando. Y todo ello lo haremos con la seriedad con la que se entregan los niños al juego, como decía un sabio. Porque jugar es transgredir, atreverse, probar e intentar una y otra vez, sabiendo que la vida es eso, un juego.

Compremos la acepción Play que tienen los anglosajones para asociar la palabra juego a la ejecución de nuestros planes, a tocar un instrumento incluso a una obra de teatro, como si de un cuento se tratara. Jugar a ser otro, y acariciar la idea de lo que nos sugeriría ese ‘otro yo’. Lanzar al aire aquello de ‘¿ Y si…? ‘para abrir un horizonte con nuevas posibilidades, llevándolo todo a un ámbito imaginario tan expansivo como infinito. Y ya puiestos, apliquemos lo que en Euskera llamamos ‘jokoa, jokatu’, que nos recuerda a lo ‘jocoso’ del todo vale para dar el primer paso en un ambiente distendido. Y tantos más que nos viene como anillo al dedo, como ‘folgare’ del latín o ‘giocco’, en el italiano.

Recuerdo de niña pasar horas jugando al truquemé, a las canicas, a la comba o al escondite. El parchís, el ajedrez, las cocinillas o el dominó. Todo servía para pasar horas eternas mientras le daba mordiscos a un bocadillo de queso y pan de pueblo. A veces sucedía: escuchaba una voz cercana que hacía aquella maravillosa pregunta ‘¿Juegas?’ ¡Ay! El mundo se abría entonces al cielo y a una amistad, al compartir de ratos en silencio o al reparto de roles que se conjugaban en pasado . (‘ yo era la maestra y tú la alumna’ o ‘ tú venias a mi casa y yo te preparaba la merienda’). Jugábamos y el tiempo parecía eterno. Nada tenía relevancia pero el inconsciente estaba ya trabajando en nosotros como animales sociales que somos. Todo toma sentido cuando te sientes parte de ese engranaje adaptándote y definiendo el rol que eliges jugar en ese sistema que se crea en tu entorno. Después llegaría el ‘¿Bailas?’ Y también ahí jugábamos a ser valientes y a marcar el ritmo de un baile lento con la mirada, y la mano en la cintura. Hemos jugado toda la vida y lo hacemos de forma distinta desde entonces. Pero es importante jugar de manera sana y no escurrirnos por las entretelas de los temas que se nos resisten.

Ese juego inerte lo conocemos también y debemos aceptarlo con el mismo sentido del humor. Ahora digo, ha llegado el momento de jugar como niños y aprender como adultos, dejando que ese niño que vamos dentro aflore y nos sorprenda con lo que de verdad es importante. Tenemos todos los recursos que necesitamos para superar obstáculos, sólo hay que descubrirlos. Dicen que aprender es recordar; recordar todo aquello que ya sabemos o intuimos pero que no hemos dejado aflorar.

No dudemos a la hora de incluir esta metodología MPL, (Metodología de Positividad Avanzada)y así poder poner en marcha planes de acción que conlleven el cambio de todo un equipo. Solo a través del juego podremos abrir nuestra vida a infinitas posibilidades y un nuevo paradigma para celebrarlo sin jugar al escondite más que para encontrarnos y decir aquello de ‘por mi y por todos mis compañeros’.