Podríamos afirmar que las personas necesitamos una causa mayor para cambiar. Inevitablemente cada nuevo año nos hacemos una lista de buenos propósitos que van unidos a cambios, y que, desgraciadamente, la mayoría de las veces no llevamos a cabo.
La diferencia entre las personas que cambian y las que no, está en la decisión. Tal y como nos traslada Victor Frankl “la decisión es la libertad de elegir a pesar de las condiciones que solo parecen que determinan un comportamiento”
Hablamos de un concepto de Libertad y Responsabilidad, la responsabilidad de Hacer algo o alguien de sí mismo, tal y como continúa V. Frankl en su exposición “La vida tiene sentido bajo cualquier condición”.
Los seres humanos tenemos la Libertad de elegir una actitud ante cualesquiera que sean las condiciones a las que nos enfrentamos, depende de nosotros el cómo reaccionamos ante estas situaciones.
Las personas cambiamos cuando cambiamos nuestros pensamientos.
Los pensamientos son las diferentes interpretaciones que cada cual hace del entorno: si en un entorno saludable practicamos un pensamiento negativo crearemos un entorno nocivo para nuestro organismo que frenará nuestro crecimiento, el pensamiento positivo nos lleva a generar un entorno orgánico saludable, el cual a través del sistema nervioso desarrollará una química que modificará la composición de la sangre mejorando la salud y la eficacia de nuestras células.
En esta línea y con un nuevo planteamiento sobre la felicidad y el cambio tenemos a Martin Seligman con sus estudios sobre “El pensamiento positivo y la felicidad”. Seligman nos plantea tres tipos de vidas felices:
“-La vida placentera: el individuo busca lo que le gratifica y cultiva emociones positivas
-la Buena Vida de Aristóteles: lo que cuenta es disfrutar con lo que haces, en el trabajo, en el amor o en el tiempo libre, hasta que te dejas absorber y eres uno con lo que estás haciendo
-La Vida con sentido: pones tu talento al servicio de los otros, llegando a formar parte de algo que es mayor que tú.”
Una de las aportaciones más liberadoras de la Psicología Positiva es que puede haber varios caminos hacia la felicidad, el Sentido de la Vida, es un rasgo funcional que depende del individuo, de sus decisiones, de sus decisiones, de las circunstancias que se ha ido forjando….volcarse en algo que te apasione y te ayude a sentirte útil.
El paradigma pensar, sentir y hacer expresa que hacemos como sentimos y sentimos como pensamos. Nuestros pensamientos se reflejan en nuestros sentimientos y son el motor de todas nuestras acciones.
¿Cuántas veces hemos oído que las personan no cambian?, ¿que cada uno es cómo es?
¿Cuantas veces vemos a personas resignadas, viviendo, o más bien sobreviviendo una vida sin sentido?
Detrás de todas estas afirmaciones subyace una motivación “el miedo al cambio”.
Si queremos cambiar nuestro destino tenemos que cambiar el modo en el que pensamos. Tal y como decía en un principio, encontrar una causa mayor, un sentido pleno y profundo para pensar, sentir y hacer de otra forma y emprender el camino de la transformación.
Tal y como traslada Ignacio Bernabé “..En cada cambio nos vamos dirigiendo a ese SER mucho más capaz que en realidad somos. Es la transformación a través del autodescubrimiento. Es lo que me permite saber quién soy realmente y encontrar motivos para convertirme en ese SER que soy en esencia. Y de esta manera descubrir el camino del crecimiento.”
Cuando nos centramos en disfrutar del camino, se consiguen objetivos más altos. El autodescubrimiento nos permite entender de manera experiencial que crecer es la consecuencia de cambiar.
Con este pensamiento, ¿hay algo que pueda ser imposible?
ISABEL ABASCAL
Coach Colaboradora y Directora Territorial de NORTEMPO